Según Quesada (2007) la vegetación de este piso altitudinal presenta una serie de características adaptativas en respuesta a los muchos factores limitantes del ambiente físico. Las plantas son de poca altura, ejes cortos, hojas pequeñas y coriáceas (duras), raíces muy desarrolladas, flores de colores intensos.
Abundan los bambúes enanos, como la chusquea; así como
gramíneas, ciperáceas, helechos y varios tipos de pasto. Una característica muy
llamativa, común a muchas plantas de altura, es la presencia de “pelos”, como
una adaptación para protegerse del intenso frío, así como la abundancia de
pigmentos rojizos y violáceos en las hojas tiernas, para proteger los tejidos
jóvenes contra las ondas luminosas penetrantes (rayos ultravioleta) que podrían
resultar perjudiciales (INBio 2011).
Las especies endémicas conforman aproximadamente el 27% de las especies de todos los grupos taxonómicos, no obstante la diversidad florística es baja si se compara con otras regiones de menor altitud. Las familias más comunes son Ericaceae, Cyperaceae, Asteraceae, Gramineae y Rosaceae. Otras especies sobresalientes o indicadoras son: Pernettya coriacea, Vaccinium consanguineum, Puya dasyrilioides y Sphagnum sp.
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