domingo, 3 de junio de 2012


El paramo es una formación vegetal alto-montana, heterogénea, herbácea y generalmente desarbolada o con doseles abiertos de pequeños arboles tupidos (Kappelle & Peterson  2005). Estas “sabanas de altura” se desarrollan en regiones por encima de los 3 000 metros sobre el nivel del mar. En Costa Rica este ecosistema se presenta principalmente en la Cordillera de Talamanca, sobre todo en el macizo del Cerro Chirripó, Cerro de la Muerte, Cerro Kamuk, Cerro Buenavista y Cerro Vueltas. También se encuentra en las cimas de los volcanes Irazú y Turrialba (INBio 2011). Presentan temperaturas entre los 2 y los 30 °C, llegando en ocasiones a temperaturas bajo cero en las madrugadas. Estos cambios bruscos de hasta 27 °C entre la mínima y la máxima temperatura en un mismo día, provocan que las plantas y los animales que allí habitan requieran de modificaciones muy especiales para adaptarse a esas duras condiciones. La precipitación promedio es de 1200 a 2000 mm (Vargas 1997).
La inaccesibilidad de muchos sitios de páramo, principalmente en la Cordillera de Talamanca, y el hecho de que estos ecosistemas no comprendan un área considerable de las zonas protegidas de Costa Rica, ha influenciado la falta de colecciones biológicas representativas, y principalmente, los estudios ecológicos de largo plazo. A pesar de estas limitaciones, es claro que los páramos representan un ecosistema único, que protege una combinación de especies con adaptaciones en estructura física, fisiológica. Este ecosistema incluye elementos faunísticos y florísticos cuyas relaciones biogeografías reflejan la compleja historia geológica y climática de Costa Rica. Aparte de su clara importancia biológica, el ecosistema de páramo reviste una considerable importancia práctica y estratégica, pues protege recursos hidrológicos, genéticos, y culturales de gran valor (Avalos 2005).
Durante el Pleistoceno (La primera de las dos épocas en que se divide el periodo cuaternario, durante el pleistoceno apareció el hombre y tuvieron lugar las glaciaciones), el paramo estuvo bajo la influencia de una serie de glaciaciones, esta dinámica produjo una fuerte mezcla de géneros de plantas vasculares con una distribución restringida a las zonas templadas y el neotrópico. Como resultado del consecuente proceso de especiación, hoy se nota una gran abundancia de especies endémicas, lo cual contribuye a una única y extraordinaria rica flora. El páramo se distingue por tener un terreno por lo general raso y desabrigado, con abundancia de lagos glaciares (remanentes del Pleistoceno) y riachuelos, como los que se encuentran en los alrededores del Cerro Chirripó. Son parajes fríos, ventosos, inhóspitos y húmedos.
Ubicación del páramo en Costa Rica